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Detrás (o delante) de la definición de museo [2]

Museos para la gente, sin gente

[Continúa desde…]

De esta forma, el museo cuenta con los ciudadanos en la medida en que incide en su viabilidad, en la justificación de su presupuesto, en su razón de ser. Quizá este propósito se aleja un poco de la Misión de un recurso público que se debe a su comunidad.

El contexto general sin embargo, se revela como hostil para garantizar esta inversión en la mayoría de los casos:

  • La carga de contenidos curriculares relativos a disciplinas artísticas para los que ayer eran los jóvenes de hoy –y serán los adultos de mañana-, ha venido reduciéndose paulatinamente hasta quedar jibarizada, reducida a su mínima expresión. Lo artístico ha dejado de estar de moda. Vivimos un realidad trepidante a la que solo interesa la inmediatez. Lo histórico forma parte de lo histórico y lo creativo de lo extravagante, de manera que ha dejado de ser un valor en alza.
  • Directamente conectado con esto podemos afirmar que en sí, la institución museística como tal ha perdido el glamour generalizado de antaño, salvo para un pequeño grupo de que sigue siendo una élite, con la que para nada se identifica la población general.
  • Añadido a lo anterior, y no sin cierto sentido paradójico, no podemos ignorar que paulatinamente, la oferta museística ha venido incrementándose. Esto hace que las distintas instituciones necesiten diferenciarse, competir, y ofrecerse como más atractivas al potencial visitante.

Definición de museos

En resumen, contamos con una población que no se interesa masivamente por los museos (porque las políticas educativas han sido eficaces disuadiendo a los individuos de asomarse al mundo cultural), mientras éstos se ofrecen en número creciente, luchando por sobrevivir. La fotografía así, nos arroja una imagen en la que podemos ver el museo como una institución cansada, en proceso de abandono y sin saber muy bien cómo responder a la necesidad de atraer a la comunidad que pasa de largo por delante de su puerta.

Hagamos un análisis de cómo han evolucionado otros mercados del sector servicios haciendo uso, por ejemplo, de las nuevas tecnologías.

Las diferentes tipologías de negocio de servicios (hostelería, turismo, seguros, transportes, deporte, salud, etc) se encuentra inmersa en una estrategia feroz para incrementar, visibilizar y mejorar su oferta a través de aplicaciones, webs y otros de canales de comunicación y difusión.

¿Dónde se sitúan los museos en esta realidad? Os propongo un ejercicio sencillo que he realizado en estos días: Abrid vuestros smartphones y contad las aplicaciones que tenéis instaladas. En mi caso 111. Ahora revisemos cuántas de ellas son diseñadas por museos o tienen un uso directamente relacionadas con estas instituciones. 16 en mi caso. Teniendo en cuenta que los museos forman parte de mi ámbito profesional de intereses, no parecen demasiadas. Casi me preocupé cuando supe el dato. En mi descarga queda que desde al menos 10 más puedo comprar entradas u obtener información sobre el panorama museístico.

El resto de mis aplicaciones son, en su mayoría, herramientas de trabajo, redes sociales u otros servicios (viajes, restaurantes, alojamientos, o recetas de cocina a las que soy muy aficionado).

No creo que pueda decirse que la falta de resultados encontrados cuando en mi menú de aplicaciones al introducir la palabra “museo” o su referencia en inglés, (en ninguno de los casos llega a una docena), se deba a que la tienda virtual de Apple no sea sensible a este tipo de apps.

[Continuará…]

José Antonio Mondragón

Director de Factoría de Arte y Desarrollo

 

 


Segundo de una serie de artículos sobre la necesidad de renovación de la Misión de los museos, con motivo del inicio de dos de nuestros cursos de experto más prestigiosos y que os iremos dejando aquí en sucesivas entregas os iremos dejando aquí en sucesivas entregas.

 

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