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Detrás (o delante) de la definición de museo [1]

A vueltas con el concepto de Museo

El ICOM, en su definición de 2017 define como museo

una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo”.

Es cierto que esta definición está en proceso de revisión actualmente. Y en esta línea, la mayor parte de los socios adscritos a sus diferentes delegaciones e integrados en una comisión de trabajo, destacan casi unánimemente la necesidad de incluir aspectos que tienen que ver con el objetivo de contribuir activamente al desarrollo social de la comunidad, a través de un concepto de intercambio entre la institución y la ciudadanía[1].

Sin embargo y, a pesar de que este giro parece necesario para la mayoría de los expertos, los museos –globalmente- no se están transformando en esta dirección.

Definición de museos

En el cuaderno GIRA, editado por el equipo de mediación cultural del Museo Reina Sofía, Ana Longoni, directora de actividades Públicas de la institución, relata en sus primeras páginas cómo se da cuenta de que el Museo –un referente en el país- vive a espaldas de lo que ocurre a su alrededor. Su expresión textual merece la pena ser revisitada:

“[…] el Museo parecía no acusar recibo de lo que estaba ocurriendo. Su vida cotidiana, su trabajo rutinario, el flujo incesante de visitantes (miles de turistas, grupos escolares, etcétera) continuaban imperturbables, como si nada a su alrededor se hubiera alterado o afectado. Tan cerca y a la vez tan lejos “

Nos surge así una pregunta: ¿cómo es posible que un centro comunitario que pretende estar al servicio del desarrollo de las personas, de su conexión con los referentes que las sustentan viva a espaldas de las mismas? ¿No sería como si la comunidad de cirujanos obviara los avances que en su disciplina se producen como fruto de la investigación? Sin hacer un análisis en profundidad parece que no tiene mucho sentido.

Es cierto que la preocupación creciente por parte de (casi todos) los Museos para llegar a todos los públicos, en términos de accesibilidad, está llevando a desarrollar estrategias de alcance más globales y atinadas.

En esta línea, aparecen programas para hacer accesibles los centros, para llegar a los públicos escondidos –sirva como ejemplo el caso de los jóvenes y adolescentes-, o para adaptarse a las necesidades que presentan algunos grupos o personas.

Pero salir a buscar, como estrategia, es algo básico que todos los establecimientos públicos hacen desde que las terorías del márketing existen en mayor o menor medida. Si no hay público, su continuidad está cuestionada, y pierden su sentido.

Asegurar la afluencia de visitantes es fundamental, pero no asegura que el objetivo de –contribuir al desarrollo personal y social de la comunidad- sea un objetivo llevado a la práctica si la institución vive de espaldas a la comunidad, si obvia lo que pasa a su alrededor.

[…] Continuar

José Antonio Mondragón

Director de Factoría de Arte y Desarrollo

 

[1] Incluyen estos aspectos en sus propuestas de definición de forma más o menos explícita los representantes de las delegaciones de España, Brasil, Alemania, Irán, Italia, Estados Unidos, Reino Unido, Portugal, México, Serbia, Ecuador, Holanda, Francia, Bélgica, Austria, Colombia, Noruega, China, India, Eslovaquia, Finlandia, Argentina, Croacia, Ecuador, Colombia, Perú, Australia, Albania, Bélgica, Canadá, Rumanía,…

 

 


Con éste, comenzamos una serie de artículos sobre la necesidad de renovación de la Misión de los museos, con motivo del inicio de dos de nuestros cursos de experto más prestigiosos y que os iremos dejando aquí en sucesivas entregas. Entretanto, os invitamos a que veáis la información que sobre esta formación os ofrecemos en nuestro sitio web.

 

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